El entorno pintoresco y las vistas al valle son impresionantes.

Desafortunadamente, la habitación tenía un aire anticuado, y aunque estaba limpia, los muebles eran bastante viejos. El baño podía mejorarse, ya que no tenía ducha, solo bañera, lo que resulta incómodo para algunos. Además, la carretera de acceso es bastante complicada, y puede ser un desafío llegar al hotel, especialmente de noche.

El lugar está situado en una encantadora y antigua localidad medieval, rodeada por montañas que ofrecen vistas espectaculares. Las instalaciones son acogedoras y muy limpias, lo que realza la experiencia. La atención del personal es excepcional, haciéndonos sentir bienvenidos en todo momento. La cena en la terraza fue mágica, disfrutamos de una comida deliciosa con productos locales que fueron un verdadero deleite.

El acceso al hotel puede ser complicado, lo que podría desanimar a algunos viajeros.

El lugar es un pequeño paraíso en los Alpes Marítimos, con un entorno pintoresco y vistas espectaculares que hacen que cada momento sea especial. Las habitaciones son acogedoras con un encanto rústico que recuerda a épocas pasadas.

El acceso es complicado, con una carretera de montaña llena de curvas cerradas y sin buena iluminación. Las habitaciones necesitan una reforma. los muebles son antiguos y el baño, aunque correcto, tiene una bañera sin ducha. Además, el restaurante tiene precios elevados, especialmente para el menú de cena, que puede llegar a 55 euros por persona, lo que resulta un poco excesivo.

La cena en la terraza fue mágica.

Las vistas desde la terraza son impresionantes y crean un ambiente encantador para disfrutar de las comidas. La comida es realmente sublime, especialmente el menú del almuerzo, que incluye platos como raviolis niçois y una delicada panna cotta. La atención del personal es excepcional, haciendo que cada visita sea memorable. Sin duda, un lugar que invita a regresar gracias a su increíble atmósfera y atención al detalle.

Las habitaciones están un poco anticuadas.

Recomiendo para un fin de semana romántico

La cena fue algo que no olvidaré, con vistas impresionantes desde el acantilado y unos platos que dejaban huella. La atención de un camarero que parecía entender cada detalle de nuestra cena, fue digna de mención, como si cada bocado fuera una celebración.

No fue barato, pero aún así me pareció razonable.

Entorn idíl·lic, vistes espectaculars des de la terrassa. La cuina és una veritable delícia, una experiència gastronòmica que ho val tot. El servei, attent i acollidor, fa que et sentis com a casa. Una escapada perfecta per a qui busca tranquil·litat.

La habitación vieja, pero la cena fue excepcional con vistas increíbles.

Un encantador refugio en las montañas

Nuestra estancia fue mágica. Las vistas desde la terraza eran alucinantes, perfectas para una cena romántica. La cocina con productos del huerto propio se notó en cada bocado. Recomendamos llevar repelente para los mosquitos, pero la tranquilidad del lugar compensa todo. ¡Volveremos!

La habitación tenía un encanto rústico, las vistas a la montaña eran espectaculares. Pero hay que decir que no había aire acondicionado y las almohadas no eran muy cómodas. Aún así, me encantaron esos pequeños balcones con vistas, perfecto para relajarse. Es un lugar que definitivamente invita a volver, aunque podría mejorar un poco en comodidad.

Fue una gran opción para un par de noches en Peillon con un valor fantástico. Las vistas desde el balcón eran impresionantes y disfrutamos mucho del ambiente relajado del lugar. Llevad mosquitero, porque hay algunos en la habitación.

La estancia fue increíble, la cena estuvo de otro nivel y la vista desde el balcón, espectacular. Definitivamente volvería, aunque la habitación necesitaba algunas mejoras.

Este lugar me queda perfecto, con wifi gratuito en las habitaciones, un restaurante delicioso, y estacionamiento sin costo. En mi primera visita, el personal me ayudó con recomendaciones de buenos restaurantes en la zona, lo recuerdo bien. ¡Sin duda volveré para una escapada!